miércoles, 13 de febrero de 2013

Acerca del House Organ


A lo largo de mis años de experiencia, escuché en varias oportunidades expresiones negativas que descalificaban al House Organ: “la gente no lee la revista”; “no la pasan a retirar”;  “la tiran en la entrada de la empresa”; “la he visto en el cesto de la basura”; “a la gente no le interesa participar”; “en esta empresa al personal no le importa la comunicación”; etc… Imagino que son frases que muchos otros también habrán escuchado. Entiendo que generan frustración y muchas veces despiertan los argumentos para discontinuar el canal. Por mi parte, yo prefiero aceptar el desafío, siendo consciente que hacer una buena revista es una tarea que requiere tiempo, esfuerzo, profesionalidad, dedicación, interés y escucha. Antes de “matar al mensajero” siempre hay una oportunidad de autocrítica, de pedir ayuda, de reconocer las limitaciones, de recurrir a los que saben hacer, a colegas que tienen buenos resultados… 
Afortunadamente en muchas otras oportunidades pude corroborar que cuando una publicación está bien hecha, la gente la valora, cumple con los objetivos de comunicación y ayuda al cumplimiento de los objetivos organizacionales. Hay muchas empresas en dónde la gente espera la revista, está interesada en aparecer, en participar, en colaborar, se llevan la publicación a la casa, la exhiben en el living de su hogar, la coleccionan, se la muestran a los hijos, a los amigos, la leen. Gracias a la ayuda de encuestas, una de las más importantes herramientas de escucha y rigurosidad científica, podemos hacer una publicación a medida de nuestros públicos, conocer a ciencia cierta qué es lo que la gente valora, y relativizar a los incorformistas de siempre, que por suerte, siempre son minoría.

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